Algo muy habitual es creer que, viniendo de hábitos desestructurados y pensamientos poco saludables hacia la alimentación y el ejercicio, puedes lograr esos cambios (suelen ser todos físicos) que tienes en mente.
El deseo que tienes es muy fuerte, lo sé, pero párate a respirar.
Si ese modo de hacer las cosas, con prisas, no te ha funcionado hasta la fecha, prueba la «fórmula mágica»: establecer unas buenas bases. Sé que no te resultará atractivo, porque requiere TIEMPO y PACIENCIA, pero la alternativa no es buena; volver al punto de partida una y otra vez, cada vez acumulando mayor frustración.
Invierte 4 min de tu valioso tiempo, y si te apetece me escribes, contándome si es justo lo que te ocurre.
Me encantaría que pudieras volver a sentirte tú.
Un fuerte abrazo.