No te culpes, sólo necesitas aprender.
Y si no ha sido de peque, a la que tienes oportunidad, ¿por qué no?
Muchas veces cuando hay comida en tu plato y en realidad no tienes más apetito, te parece oír a tu mamá:
“La comida no se tira”.
“El plato tiene que quedar limpio”.
“No te levantas hasta que no acabes”.
Y te lo acabas.
Cuando eso ocurre muy a menudo, estás comiendo de más por sistema y aumentas de grasa.
Eso ocurre con el tiempo, no te pasa en un mes. Pero es que la sensación de quedarte llenx, pesadez, mala digestión…es inmediata, y aprendes a vivir con ello.
En eso hay que poner primero en foco, en volver a atender las señales de tu cuerpo para volver a sentirte bien.
Necesitas comprender que cuando sientas saciedad hay que parar, y para eso es tan importante controlar mejor tus porciones como aprender a evitar seguir comiendo, cuando empiezas a sentir que en realidad es suficiente para tu cuerpo.
Recuerda que hay ocasiones, en las que a pesar de echarle todas las ganas del mundo en mejorar tus hábitos necesitas soporte psicológico, y nunca lo veas como algo negativo, todo lo contrario; un profesional psicólogo te apoyará conforme avanzas para que aprendas a tener una sana relación con la comida y el ejercicio.